jueves, 4 de febrero de 2010

Que no caiga en la Comunidad Valenciana


Trece poblaciones candidatas a albergar los "almacenes temporales" de residuos radioactivos... ¡cuánta necesidad pasarán!, porque de lo contrario no se explica.

En la Comunidad Valenciana con la central de Cofrentes ya vamos apañados. Ya sé que es ecologismo de salón, que no renunciaré a las comodidades que me brinda la energía eléctrica que ésa y otras centrales nucleares nos proporcionan, pero el miedo es libre y nadie le gustaría vivir al lado de un cementerio (y nuclear, menos).
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6 comentarios:

Castalla Plural dijo...

Tampoc volem per les nostres serres molins de vent, encara que és una energia ecològica.
Caldrà repensar-se la situació, però ara per ara no estem per l'energia nuclear.
Salutacions.

Anónimo dijo...

Buenas Rafa:

Cómo bien decías es ecologismo de salón. Por otra parte planteo la siguiente duda: ¿qué diferencia existe entre ubicarlo en Castalla o El Ferrol? En caso de accidente nuclear las consecuencias serían bastante similares, en cualquiera de los dos puntos.

Colotordoc dijo...

El detalle con esto Pettylux, es que alguna de estas poblaciones sera la afortunada (o quizás desafortunada).
Impresiona que los alcaldes quieren serlo....

Habrá algo que no hemos visto o no nos han dicho??

Saludos

Pettylux dijo...

Hola a todos.

Todo esto resulta muy peliagudo, porque nos gusta consumir de todo, pero luego no queremos asumir los desperdicios de aquello que hemos gastado, sean orgánicos, nucleares, etc.

Ciertamente, si una central nuclear o un cementerio pegara un petardazo no tendríamos donde escondernos, de aquí al Norte de España, pero nadie piensa en esa posibilidad, sino en la posible radiación que poco a poco puede enfermar a los habitantes cercanos... Es un miedo atávico a lo desconocido y claro, cómo no tenerlo cuando esa energía, libre, puede causar tanto daño.

En fin, a algún pueblo caerá y ciertamente será el renacimiento de dicho pueblo pero, recordando un chiste que vi en Público hace unos días, habla un demacrado señor a otro diciendo más o menos así: "gracias al cementerio nuclear, en nuestro pueblo de 2000 personas hemos abierto un auditorio para 500 personas, una biblioteca pública con 100.000 volúmenes, un museo y un centro de salud pionero en investigación contra el cáncer, con 300 camas".

Pues eso, esperemos que no ocurra como en el chiste.

Un gran abrazo.

Mean Mr Mustard dijo...

Pan para hoy, hambre para mañana. Renacerá y revivirá el pueblo que reciba la central nuclear, pero ¿a qué coste?

Un saludo

SEP - Formación Permanente dijo...

Nadie en su sano juicio quiere eso cerca de su casa.
Saludos.