lunes, 17 de noviembre de 2008

Poema sin título


Noches cálidas junto a ti,
oh amor fugitivo de solo unas horas.
No tienes idea, ¡no la tienes!,
de cómo tu espíritu me enamora.

Oye, ¿adónde vas? Ah, quieres que
te siga. Bien. Juntos recorreremos
el deslizante camino del amor
y en él, tú y yo, nos introduciremos.

Escucha, escucha el leve susurro
de una entrecortada respiración
y de un profundo gemido, ¡oh, amor!

Corremos ansiosos de placer y lujuria
hacia otro mundo, hacia otra vida,
oh, amor, muerte querida.

(J. Rafael Sirvent, Los violines no suenan mal, 2001)

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