domingo, 26 de octubre de 2008

Sara


Continúo presentando a miembros de nuestra familia.

Después de Luna, Sara es la gata que más tiempo convive con nosotros, junto a su hermano Chiquitín. Ambos (y su otro hermano, Oti, ya fallecido) fueron criados desde muy pequeños por nosotros, pues su madre murió de una infección postparto cuando no tenían dos semanas. Es puñetera, hay que reconocerlo. Lista como ella sola, cuando acaba de comer su plato alarga la pata para robar el plato de quien esté a su lado. Totalmente casera, le encanta arrebujarse en el sofá o la cama, cuando nos descuidamos. Hace unos años desapareció durante una semana, con el consiguiente disgusto por parte nuestra y apareció en los brazos de un convecino británico, que se acercó a la casa preguntando si nos pertenecía. Siempre he pensado que este señor fue quien se la llevó; se la encontró paseando cerca (era verano), la vio, es muy cariñosa, y la recogió para su casa. Pero, ¡ay!, quien no la conoce no la soporta, es muy impertinente y si tiene hambre es inaguantable hasta el paroxismo y se te clava el maullido en las sienes... Nosotros la hemos criado como si fuera una hija de bien pequeña y la queremos un montón, pero dudamos que alguien más la aguantara, la verdad. Que nos dure.

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